Hoy me dirigiré a ustedes, los que se meten en las entrañas de la tierra, esos mineros de la Patria, que con sus callosas manos, llenas de planeta, de hogar, de matriz; toman de nuestra madre cósmica la necesaria cuota mineral para el desarrollo de la industria nacional, uno de los pilares de la revolución justicialista. Ustedes, que con su linterna y su luz interior se adentran en la corteza, se introducen en la Tierra, para ser uno con nuestra casa. Que desde su silencio, su fatiga y su trabajo arduo, son los forjadores de la nueva nación. No los olvido. No olvido sus caras, su expresión, sus ojos acostumbrados a la penumbra, sus pies hechos para la tosquedad.
Hermanos de los salitreros chilenos, que el poeta nos ha presentado:
Yo estaba en el salitre, con los héroes oscuros,
con el que cava nieve fertilizante y fina
en la corteza dura del planeta,
y estreché con orgullo sus manos de tierra.
con el que cava nieve fertilizante y fina
en la corteza dura del planeta,
y estreché con orgullo sus manos de tierra.
Ellos me dijeron: “Mira,
hermano, cómo vivimos,
aquí en «Humberstone», aquí en «Mapocho»,
en «Ricaventura», en «Paloma»,
en «Pan de Azúcar», en «Piojillo»”.
hermano, cómo vivimos,
aquí en «Humberstone», aquí en «Mapocho»,
en «Ricaventura», en «Paloma»,
en «Pan de Azúcar», en «Piojillo»”.
Y me mostraron sus raciones
de miserables alimentos,
su piso de tierra en las casas,
el sol, el polvo, las vinchucas,
y la soledad inmensa.
de miserables alimentos,
su piso de tierra en las casas,
el sol, el polvo, las vinchucas,
y la soledad inmensa.
Yo vi el trabajo de los derripiadores,
que dejan sumida, en el mango
de la madera de la pala,
toda la huella de sus manos.
que dejan sumida, en el mango
de la madera de la pala,
toda la huella de sus manos.
Yo escuché una voz que venía
desde el fondo estrecho del pique,
como de un útero infernal,
y después asomar arriba
una criatura sin rostro,
una máscara polvorienta
de sudor, de sangre y de polvo.
desde el fondo estrecho del pique,
como de un útero infernal,
y después asomar arriba
una criatura sin rostro,
una máscara polvorienta
de sudor, de sangre y de polvo.
Y ése me dijo: “Adonde vayas,
habla tú de estos tormentos,
habla tú, hermano, de tu hermano
que vive abajo, en el infierno”.
habla tú de estos tormentos,
habla tú, hermano, de tu hermano
que vive abajo, en el infierno”.
Yo, su compañera y servidora, los llevo en mi corazón, y llevo también junto al General Perón a los descamisados que se meten en sus sistemas, estudian su funcionamiento y lo mejoran y lo adaptan y lo comparten. Esos hackers del kernel que hacen que todos podamos disfrutar de un software libre, útil, estable, seguro y justicialista. Y sé que muchos de ustedes tienen un poco de miedo de afrontar la tarea de configurar hasta los más mínimos detalles de su sistemas operativos, y cumpliendo la promesa de no abandonarlos, los acompaño también en esta empresa. Muchas veces queremos configurar determinada cuestión (por ejemplo si aparece el ícono del sistema en el escritorio o no) y no sabemos en qué archivo está esa configuración. O abrimos un archivo para tocar y se nos presenta confuso y difícil para nuestros conocimientos. Entonces optamos, cobardemente, por cerrarlo para no hacer macanas. Les traigo hoy una herramienta que puede ayudarlos por un tiempo, hasta que sean realmente soldados peronistas y no sientan miedo. Y es el editor de configuración, sí, ése que tiene el ícono de un auto en reparación. La idea de los desarrolladores es, con el perdón de la metáfora, hacer una interface parecida al regedit del capitalismo opresor, para que podamos editar de una manera gráfica los parámetros necesarios sin tener que tocar los archivos respectivos. En este caso tenemos la captura de las configuraciones del escritorio.
Recuerden, usen pero no abusen de esta aplicación, aprendan y prueben, de la mano del General Perón y su doctrina de desarrollo y humanidad, nada se les puede oponer, si no quieren adentrarse en la edición avanzada del sistema y contribuir a la causa desde otro lugar, pueden usarlo sin culpa, pero esta humilde servidora los invita a meterse en el sistema, en el problema y desde allí combatir sin descanso a los que quieren desgastar a la genuina revolución peronista, ya que no quieren que el pueblo pueda acceder a los derechos que Perón les ha otorgado.
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